¿Cuándo una conducta placentera se convierte en adictiva?

Hoy introducimos un tema de actualidad y que se puede solucionar en nuestro centro de adicción al sexo. Posiblemente pueda abrir la mente a potenciales pacientes si no encuentran soluciones. Queremos hablar de cuándo una conducta placentera se convierte en adictiva. Cuándo una conducta de sexo activa se transforma en una adicción y por lo tanto debe tratarse.

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La necesidad básica

Como bien sabemos, el sexo o sexualidad es una necesidad básica de cualquier ser humano, por el simple hecho de ser humano. Tanto mujeres como hombres por la simple condición de ser humano, responden a una necesidad básica. Todas las personas son seres sexuales independientemente del sexo (hombre, mujer) y de si tienen actividad sexual o no.

Es posible negar o reprimir nuestra sexualidad, es controlable, pero no se puede anular. Básicamente por lo que decíamos, es una necesidad básica en el ser humano. Este sería motivo suficiente para iniciar un tratamiento en un centro de adicción al sexo para rehabilitar este comportamiento.

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La realidad sobre la adicción al sexo

El sexo es definido como el conjunto de actividades y comportamientos relacionados con el placer sexual. Y aunque parece un tanto extraño, existe un porcentaje de gente, en su mayoría hombres, que padecen una adicción. La adicción al sexo es cada vez una patología más común entre adultos que notan un cambio de conducta en su mente frente al deseo.

Existe un tratamiento que funciona para la adicción al sexo en Clínicas CITA: Adicción al Sexo Tratamiento

Conducta o Adicción

Es entonces cuando podemos distinguir entre conducta o adicción. ¿Cuándo una conducta placentera se convierte en adictiva?

Básicamente, cuando se convierte en una obsesión para la persona. La obsesión se define como el estado de la persona que tiene en la mente una idea, una palabra o una imagen fija o permanente y se encuentra dominado por ella. Y que además, responde a una idea, que se impone en la mente de una persona de forma repetitiva y con independencia de la voluntad, de forma que no se puede reprimir o evitar con facilidad.

Es entonces cuando vemos que la persona no puede reprimir ni evitar con facilidad controlar la idea que tiene en la mente permanentemente. En este punto se comienza a desarrollar el problema.

El problema vs otro problema

También hablamos de problema cuando se lleva a cabo para aliviar un malestar, como la ansiedad. Cuando generamos y desarrollamos esta patología a consecuencia de un problema mayor. La mente del ser humano vincula actitudes a problemas, y puede inhibirse de un problema generando otro problema.

Es más, incluso se llega a hablar en un centro de adicciones, o en este caso en el centro de adicción al sexo, que esta actitud puede responder a un problema para aliviar otro problema o malestar. Por encima del propio placer. Es decir, no es el propio placer el que produce el problema, sino que de un malestar se puede desarrollar una adicción al sexo.

Esta consecuencia suele provocar baja satisfacción y sentimiento de culpa. Por eso es importante tratar cuanto antes patologías de adicción al sexo. La propia adicción al sexo provoca, a la larga, frustración, bajo rendimiento y desconexión de la realidad con frecuencia.

Las conductas de una adicción al sexo

A diferencia de la promiscuidad, en la adicción al sexo hablamos de conductas que no son deseadas por la persona. Puede llegar a automatizar en su cerebro una seria de conductas no deseadas pero que lleva a cabo. Este tipo de adicción genere un sentimiento de frustración sobre la persona que se da cuenta de hace lo que no desea sin poder reprimirse.

Algunos de los síntomas que cumplen los adictos al sexo son un patrón repetido de fantasías sexuales y recurrir a la actividad sexual en respuesta a estados de ánimo desagradables como el estrés o la depresión. Además, como en cualquier otra adicción, no consiguen reducir o frenar su actividad sexual cuando ésta deviene problemática. Cuando la sexualidad se convierte en una prioridad que interfiere en la vida diaria, en el trabajo, afecta a las relaciones personales y sociales y, además, causa ansiedad y arrepentimiento, entonces se convierte en adicción.

El límite entre sexo activo y adicción al sexo

Se puede afirmar que el límite entre una sexualidad alta y la adicción al sexo, viene marcado por las consecuencias negativas que genera. Es decir, que una persona que frecuenta un sexo activo y no le genera consecuencias negativas, no es adicta al sexo.

Cuando se produce una interferencia importante en la vida de la persona, podemos hablar el esa persona sufre una adicción al sexo. Todo entorno y consecuencias negativas generadas por una actividad, en este caso el sexo, es una prueba que puede generar conclusiones. Todas las adicciones conllevan consecuencias negativas como premisa para considerarse adicciones.

Hombre vs Mujeres en la adicción

La adicción al sexo afecta más a los hombres que en mujeres en términos generales según los casos analizados en nuestro centro de adicción al sexo. Y se caracteriza por un exceso de deseos y conductas sexuales que la persona siente que es incapaz de controlar.

Esta falta de control desemboca en conductas sexuales breves y poco satisfactorias, por lo que las relaciones sexuales se reducen a la urgencia biológica.

Comportamientos de adictos al sexo

Las formas más habituales que toma este tipo de adicción son claramente sustanciales para clarificar una adicción al sexo.

  • el consumo abusivo de líneas eróticas
  • frecuentar habitualmente prostíbulos
  • masturbación compulsiva
  • búsqueda constante de relaciones a través de múltiples amantes

Según encuestas recientes, el 54% de los adictos al sexo se había dado cuenta de que padecía este tipo de conducta sexual antes de los 18 años, y un 30% lo había constatado durante la época universitaria, entre los 18 y 25 años. Además, las conductas más repetidas entre los pacientes incluían la masturbación y el uso excesivo de pornografía, seguidas del sexo consentido y el cibersexo.

Quienes padecen un trastorno obsesivo-compulsivo de carácter sexual suelen solicitar ellos mismos el tratamiento y mantenerlo en secreto. A veces, ni siquiera la pareja se da cuenta. En cuanto al tratamiento medico, los expertos afirman que no debe ser indefinido y la medicación por sí sola no es suficiente para ‘curar’ esta adicción, que tiene distintos grados.

*Este tipo de adicciones se tratan en CITA.

Adicción al sexo y drogas

En muchas ocasiones, la adicción al sexo va unida al consumo de ciertas drogas, ya que favorecen la desinhibición. Definido como el comportamiento de la persona que ha perdido la vergüenza o el miedo que le impedía actuar de acuerdo con sus sentimientos, deseos o capacidades. Estos casos deberían tratarse en un centro de adicción al Sexo y toxicomanías para rehabilitarse.

De hecho, ya hablamos de que existían nuevas drogas usadas para el sexo, que pueden ser consumidas por potenciales adictos al sexo.

El tratamiento de esta adicción suele rehabilitarse en centros especializados en todo tipo de adicciones comportamentales. En Clínicas CITA disponemos de un equipo profesional y especializado en tratamiento de adicciones comportamentales. Puedes ponerte en contacto sin compromiso, vía correo en este formulario o teléfono al 937918008.

Conoce Clínicas CITA desde dentro. Os dejamos un vídeo donde conoceréis todas áreas de uno de los mejores centros de adicciones.

Clínicas CITA también colabora con la Fundación Dejar las Drogas para hacer más fácil la rehabilitación de cualquier paciente.

About the Author: Dr. Josep Mª Fàbregas

doctor

Especialista en adicciones y director psiquiatra del centro de adicciones y salud mental Clínicas CITA. Inicié mi carrera profesional en el Hospital Marmottande París, donde trabajé con el Profesor Claude Olievenstein. Posteriormente me trasladé a Nueva York y, tras varios años de experiencia profesional, en 1981 fundé CITA (Centro de Investigación y Tratamiento de las Adicciones) con el objetivo de desarrollar un modelo de comunidad terapéutica profesional, el cual lleva 32 años en funcionamiento.

Autor: Comunicación Clínicas CITA

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