El fentanilo, el opiáceo que mató a Prince

El fármaco que provocó la muerte por sobredosis del cantante Prince es entre 25 y 50 veces más potente que la heroína y entre 50 y 100 veces más potente que la morfina. El uso indebido del fentanilo, un opiáceos sintético que se empezó a utilizar en los años 60 como anestésico intravenoso, está relacionado con cada vez más muertes.

A la actual epidemia de heroína que castiga a Estados Unidos, hay que añadir el abuso de otros opiáceos, del que el desgraciado caso de Prince es un ejemplo.

En el caso concreto del fentanilo, su uso legal e ilegal está creciendo (en 2014 se prescribió 6,6 millones de veces). La mezcla de analgésico y euforizante que proporciona lo ha convertido en un sustituto de la heroína, con los peligros que ello conlleva. El número de emergencias relacionadas con el uso no médico del fentanilo pasó de 15.947 en 2007 a 20.034 en 2011.

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Muchos adictos, además, mezclan el fentanilo con la heroína para incrementar sus efectos. Sólo en Florida, en 2013, el fentanilo fue la causa de la muerte de 185 personas, un 36% más que en 2012. La cifra no es de extrañar ya que el fentanilo es potencialmente letal incluso a dosis muy bajas.

Pero no todas estas muertes son producto del abuso de las prescripciones, ya que a este peligro hay que sumar el problema de los laboratorios clandestinos, que fabrican versiones adulteradas de esta medicación.

La muerte de Prince sigue a la de otro famoso muerto recientemente por abusos de opiáceos; nos referimos al actor Philip Seymour Hoffman, que murió hace dos años.

Autor: Comunicación Clínicas CITA

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